He caminado
por la espesura de tu ser,
he levitado
ansiando el amanecer.
Oh que poder y que sedienta noche,
que me aguarda sin mas reproche,
que al aferrarme a tu ser.
Ente maravilloso,
caminas solo,
helado,
muerto y frío.
Mas me elevas, hacia
la oculta inmensidad del poder,
de la niebla y del anochecer.
Que silencios recorro,
la sangre es mi sed,
la inconstancia de la ignorancia
malgasta el fuego
del que fue
y no es.
Camino,
siglos enteros voy recorriendo,
me acompañan tu lealtad,
y tu sosiego,
helado, frío,
muerto, inmortal.
Que viento me recorre,
que silencio sepulcral.
Mas me elevo,
y no quiero acallar
esta sed que me ahoga,
esta sangre que me baña.
Diosa, oh poderosa ,
que sinuosa bailas
una danza mortal...
en la decadencia de la sed!!
Gloria María ®2010
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
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