Que extraño silencio,

mas no me importa sentir el abandono,

abro mis brazos al viento,

y es el tormento el que guarda el enojo.

y veo a lo lejos,

un claro de luz,

un incipiente rayo misterioso,

que con asombro ciega mis ojos.

 

No!! no es el sol

no es la luna,

es el rayo divino

que en mortifero estruendo,

viene a por mi...

 

Calla! no me acojas en tu seno

claro y azul,mas mi alma corrompida,

no merece tu luz..

dejamé!! en la oscuridad,

dejame que llore ,mi amargada soledad!!

 

Gloria María Sanchez Abellan

19/02/18